Detrás de las imágenes – Daniel Medina (2018)

Es probable que un gran porcentaje de aquellos que se detengan ante este título piensen que están ante un ensayo acerca de la influencia, cada vez mas hipnótica, de la cultura audiovisual sobre la sociedad, o bien ante un tratado semiótico sobre los significados que subyacen tras la pulsión por mirar que domina al individuo del siglo 21. Pocos, muy pocos, tras un primer vistazo (y antes de leer la contraportada) se imaginarán que la narración va de un apocalípsis zombie. Pero ni unos ni otros estarán equivocados. La portada nos lo advierte: estamos ante un artefacto inestable.

La duplicidad está presente ya desde el inicio: El personaje que narra los hechos (un profesor de cine de una universidad española) trasmite, desde España y a través de internet, un racconto de cómo (en un futuro más bien cercano aunque indefinido) comenzó lo que se infiere es o va camino de convertirse en el Apocalipsis (así, con mayúsculas), el final de la civilización como la conocemos.  La mediación de este personaje genera la primera tensión entre el lenguaje literario y el lenguaje audiovisual. ¿Estamos ante una novela? ¿Ante un guión de cine? ¿Ante un documental?  Incluso, el status académico de quien relata podría sugerir que se trata de una clase audiovisual, algo que a lo largo de la historia se ve reforzado por sus constantes referencias a directores y teóricos del campo del cine. Los escritores tienen ese vicio (que ya se ha transformado en un lugar común) de citar a aquellos escritores a los que aman/admiran. Medina no cita escritores sino directores de cine. Eso me hace pensar que ama el cine tanto como a la literatura. 

La inestabilidad a la que hicimos mención también tiene que ver con los tres niveles en los que se desarrolla la historia. En un nivel más inferior tenemos «los hechos»: Dónde comenzó la epidemia zombie y cómo afectó a los habitantes de Salta, ciudad del norte de Argentina. En un nivel superior a este se presenta la historia de quienes tuvieron a su cargo «la difusión de estos hechos». Lo primero que uno pensaría es que se trata de periodistas. Nada que ver. Asistimos a la labor de grupo de millenials, quienes editan el metraje de las cámaras de seguridad de la ciudad atacada, para una empresa que privilegia el espéctaculo y el número de visitas para sus videos. La crítica es contundente. Finalmente, el nivel superior lo ocupa el profesor universitario que «analiza y reflexiona sobre los hechos» ya acontecidos. Estos saltos entre niveles hacen necesario reacomodarse constantemente, pero a pesar de que a veces el hilo de la historia se desdibuja (sobre todo al final) el autor se mueve entre tramas con pericia y fluidez. 

No quiero olvidarme de la herramienta fundamental a la hora de dotar a la historia de dinamismo. Un magistral uso del humor, que surge de lo más simple: La descripción, la mayoría de las veces escueta, de los videos que captan lo esencial del ser humano ante la tragedia. Así, lo heroico, lo ridículo, lo cobarde, lo miserable se evidencían ante nuestros ojos casi sin intermediarios.  El humor, a su vez, conecta nuevamente el campo literario con el cine. En muchos pasajes, la historia parece uno de esas típicas películas «clase B» de Hollywood, donde el absurdo, el grotesco y lo escatológico campan a sus anchas.  Pero el autor lo sabe y por eso refuerza la idea haciendo que uno de los personajes atrapados por el apocalípsis sea un youtuber, un español (que funciona como un opuesto del profesor universitario) que sube videos realizando hilarantes resúmenes de películas «tan malas que son buenas».  Es imposible no captar la influencia (quizás el homenaje) a «El beso de la mujer araña» aquí. Como Puig, Medina no le teme a lo popular. Es más, el relato está plagado de referencias a la cultura pop occidental que muchos defenestran.

Es difícil no caer en categorías impuestas, pero la tentación de catalogar a «Detrás de las imágenes» como posmoderna es grande (ya el título nos lo pide a gritos!). Pero ser o no ser, no es algo que nos preocupe. Es más grande la tentación de recomendarla efusivamente.

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