«Pero ¡mirad! Ahí vienen más multitudes, andando derechas al agua, y al parecer dispuestas a zambullirse. ¡Qué extraño! Nada les satisface sino el límite más extremo de la tierra firme; no les basta vagabundear al umbroso socaire de aquellos tinglados. No. Deben acercarse al agua tanto como les sea posible sin caerse dentro. Y ahí se quedan: millas seguidas de ellos, leguas. De tierra adentro todos, llegan de avenidas y callejas, de calles y paseos; del norte, este, sur y oeste. Pero ahí se unen todos. Decidme, ¿les atrae hacia aquí el poder magnético de las agujas de las brújulas de todos estos barcos?»
Primer capítulo de Moby Dick
Ya lo aseguraba Melville: las aguas despliegan una fascinación primigenia en el hombre, como si el ser humano supiera, consciente o inconscientemente, que las respuestas están allí abajo. Roger Deakin no pensaba en Melville cuando inició su monumental empresa a través de las aguas – ríos, playas, canales o piscinas – británicas, sino en otro gran autor norteamericano. Inspirado en «El nadador» de John Cheever – que revela como las travesías por caminos nunca antes transitados abren nuevas perspectivas -, Deakin se zambulle en la experiencia. «Me fui convenciendo de que seguir al agua, dejarse llevar por la corriente sería una forma de descubrir qué es lo que hay bajo la superficie de las cosas, de aprender algo nuevo».
La cruzada, que comienza en el foso de su casa en Suffolk, condado al este de Inglaterra, lo llevará a hundirse en el fango, a nadar contracorriente y luchar para no ser tragado por un remolino. Nada mejor para descubrir los secretos del agua que meterse de cabeza a ese mundo turbio y cristalino.
«Cuando entras al agua, sufres una especie de metamorfosis. Al dejar atrás la tierra, atraviesas la superficie de un espejo detrás del cual late un mundo nuevo en el que no domina ni la ambición ni el deseo, sino el instinto de supervivencia»
Roger Deakin, un amante de la naturaleza
Hasta que en 1999 publicó esta singular obra, Roger Deakin se había desempeñado como publicista y documentalista para la BBC. «Diarios del agua» obtuvo el favor del público y de la crítica. Su inspiración caló hondo, el libro es uno de los pilares del «Wild Swimming Movement», que apela a nadar en aguas abiertas y descubrir espacios desconocidos para sumergirse. Merece especial atención este blog: Waterlog Reswun (Algo así como «Revistando diarios del agua» ) en el que se fotografían muchos de los lugares descritos por Deakin.
El segundo libro de Deakin, «Wildwood» intentaba seguir esta tónica, pero enfocado ya en los bosques mas antiguos del planeta. Sin embargo, el autor nunca vio publicada esta obra, ya que falleció tras entregar el manuscrito. Durante su vida escribió numerosos artículos para periódicos y revistas, incluyendo The Daily Telegraph y BBC Wildlife. «Notes from Walnut Tree Farm», publicado en 2008 y editado por su pareja Alison Hastie., es un compendio de los fragmentos más interesantes de los diarios de Deakin sobre su vida en el campo.